Hasta hace un par de décadas, la casi totalidad del diagnóstico micológico que se desarrollaba en la mayoría de los laboratorios de Microbiología de nuestro país estaba relacionado con las micosis superficiales (tiñas, infecciones cutáneo-mucosas, etc.), por lo que la Micología era una disciplina escasamente desarrollada dentro del contexto de la Microbiología general. El comienzo de la pandemia del sida en los años ochenta cambió sustancialmente esta realidad al favorecer la aparición de micosis sistémicas poco habituales hasta entonces (meningitis criptocócicas, candidiasis invasoras, candidiasis mucocutáneas rebeldes al tratamiento, etc.). Pero, sin lugar a dudas, ha sido el avance de la medicina moderna, con las técnicas de trasplantes de órganos y las nuevas terapias anticancerosas a la cabeza, el que ha ampliado notablemente el número de enfermos con factores de riesgo para contraer una infección fúngica invasora.
Este nuevo escenario, donde las micosis profundas son una de las principales causas de morbimortalidad en los enfermos inmunodeprimidos, ha obligado a un proceso de adaptación y aprendizaje por parte de los microbiólogos clínicos para dar respuesta a esta situación, cuyos instrumentos diagnósticos difieren mucho de los empleados habitualmente en Bacteriología. Día a día las situaciones clínicas exigen una mayor precisión y rapidez diagnóstica. Además, el aislamiento de géneros o especies fúngicas resistentes a determinados antifúngicos y el desarrollo de resistencias por especies previamente sensibles, obliga a la realización de pruebas de sensibilidad in vitro a la mayoría de los agentes etiológicos de micosis invasoras aislados en el laboratorio.
Este nuevo escenario, donde las micosis profundas son una de las principales causas de morbimortalidad en los enfermos inmunodeprimidos, ha obligado a un proceso de adaptación y aprendizaje por parte de los microbiólogos clínicos para dar respuesta a esta situación, cuyos instrumentos diagnósticos difieren mucho de los empleados habitualmente en Bacteriología. Día a día las situaciones clínicas exigen una mayor precisión y rapidez diagnóstica. Además, el aislamiento de géneros o especies fúngicas resistentes a determinados antifúngicos y el desarrollo de resistencias por especies previamente sensibles, obliga a la realización de pruebas de sensibilidad in vitro a la mayoría de los agentes etiológicos de micosis invasoras aislados en el laboratorio.
DOWNLOAD (DESCARGAR) Manual de Micología
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