Hace ya muchos años que Ayla, la niña cromañón, fue expulsada del Clan del Oso Cavernario y que inició su largo viaje por todo el continente europeo. Finalmente, en éste libro, "La Tierra de las Cuevas Pintadas", se ha establecido en la Novena Caverna de los zelandonii, lugar de donde procede su compañero Jondalar, con quien ha tenido una muy deseada hija llamada Jonayla.
Ayla lucha por encontrar un equilibrio entre sus nuevas obligaciones como madre y su preparación para convertirse en líder espiritual y en curandera. Durante su formación realiza viajes, observa la naturaleza y adquiere muchos nuevos conocimientos. También tiene ocasión de visitar lugares desconocidos y algunas cuevas, donde queda muy impactada, al ver por primera vez las maravillosas pinturas que se encuentran en ellas; contemplar el arte de sus antepasados le ayuda a sentirse especialmente cercana a la Madre Tierra.
La protagonista de la serie se halla tan sumida en su aprendizaje y en sus tareas que Jondalar tiene que ocuparse, cada vez más, de la pequeña Jonayla. Con el tiempo, empieza a acusar la soledad que siente, sin que Ayla se de cuenta de ello. La situación se agrava a tal punto que Jondalar incluso empieza a evitarla. Cacerías, viajes al Campamento de las Reuniones de Verano, ceremonias sagradas, ritos matrimoniales, fabuladores de historias… son algunos de los ricos detalles de la forma de vida y organización social que la autora nos relata de los cromañones durante la Edad Glacial.
Ayla lucha por encontrar un equilibrio entre sus nuevas obligaciones como madre y su preparación para convertirse en líder espiritual y en curandera. Durante su formación realiza viajes, observa la naturaleza y adquiere muchos nuevos conocimientos. También tiene ocasión de visitar lugares desconocidos y algunas cuevas, donde queda muy impactada, al ver por primera vez las maravillosas pinturas que se encuentran en ellas; contemplar el arte de sus antepasados le ayuda a sentirse especialmente cercana a la Madre Tierra.
La protagonista de la serie se halla tan sumida en su aprendizaje y en sus tareas que Jondalar tiene que ocuparse, cada vez más, de la pequeña Jonayla. Con el tiempo, empieza a acusar la soledad que siente, sin que Ayla se de cuenta de ello. La situación se agrava a tal punto que Jondalar incluso empieza a evitarla. Cacerías, viajes al Campamento de las Reuniones de Verano, ceremonias sagradas, ritos matrimoniales, fabuladores de historias… son algunos de los ricos detalles de la forma de vida y organización social que la autora nos relata de los cromañones durante la Edad Glacial.
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