En ligeras y refrescantes ensaladas, suculentas sopas, gratinados y en tantas otras presentaciones, las verduras se pueden preparar de mil maneras diferentes, crudas o hervidas. Son la pieza clave de una buena alimentación, en la que no debe faltar una ración diaria de 500g a 600g (de 100g a 200g de verduras crudas y de 300g a 350g de verduras cocidas). Por su riqueza en agua, vitaminas (sobre todo vitamina C), elementos minerales y fibras vegetales, desempeñan un papel fundamental en el equilibrio nutricional. Y aún más: a las personas que siguen dietas de adelgazamiento les ayudan a controlar el peso, ya que son poco calóricas, apenas tienen grasas y sacian el apetito.
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